Símbolos Institucionales
Escudo
Tres baluartes encierran este escudo, como metas que se buscan con el tesón,
la ciencia forma, instruye, crea y prepara con el esfuerzo decidido, las mentes juveniles siempre en el amor y para el amor del hombre.
El Piñón cual engranaje cubre su silueta, une fuertemente la luz que siempre guía,
para escalar las montañas de la ciencia donde el sol esplendoroso del triunfo nos espera.
El Colegio es la tea que dirige nuestros pasos; un libro abierto donde la ciencia encuentra, el estudiante que a formarse aspira y ser un sol esplendoroso y grande
que desde las montañas a patria cubra.
RILOPE
Rigoberto Lopera Pérez
(Profesor de Lengua Castellana)
Bandera
Dos colores entrecruzan su silueta firme, como emblemas de grandes ideales:
Azul de los cielos majestuosos de mi Valle de su tranquilo mar que arrulla y adormece, de sus ríos juguetones, ampulosos, ricos y risueños, el azul de lontananza en que mi fe se afirma, fe en la belleza de la patria bella,
en sus canciones, amaneceres y vaivenes; fe en el hombre, en su cultura, en todo,
en el ideal que a Dios acerca, lo engrandece y se confunde en Él Blancura es la nítida inocencia del rapaz; blanca y sin doblez la nobleza que irradia
hacia la juventud pletorica de luz, símbolo de paz, tranquilidad y calma,
es el blanco esplendor de la Bandera, que el Liceísta Andino con orgullo lleva.
Himno
I
Cierra el paso a la triste ignorancia
juventud adelante a triunfar
por escudo llevar la constancia
y que sea valor tu heredad.
II
Aquí estamos alegres, confiados
el Liceo nos da su blasón
recibimos en años pasados
la confianza, el saber y el honor.
III
Profesores, alumnos y amigos
compañeros de nuestra ilusión,
ambición que es anhelo y es signo
de esperanza en un mundo mejor.
IV
Juventud que te acoges altiva
a la ciencia, el esfuerzo, al amor
somos parte de lo que se espera
el sostén de una patria mejor.
V
El saber nos otorga un trofeo
el camino de la rectitud
con lealtad hacia nuestro Liceo
guardaremos por el gratitud.
VI
Seguiremos alegres, confiados
porque nuestro será el porvenir
el Liceo entregó en nuestras manos
un tesoro que no tiene fin.
La letra y la música fueron elaboradas por Helena Benítez de Zapata.
El arreglo para piano fue realizado por José Antonio Henao.